21 de marzo de 2024.
Hoy, día internacional de la poesía, leemos a Astrid Velasco Montante (CDMX). Editora y escritora. Actualmente es coordinadora de Publicaciones del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, de la UNAM, imparte clases en la Maestría en Diseño y Producción Editorial en la Universidad Autónoma Metropolitana-X. Ha publicado cuento, poesía y ensayo en Nexos, Ciudad de historias, Periódico de Poesía, Voices of Mexico, Chilango, Baba Norte, Tendencias, Letralia, Casa Bukowski Internacional, Periódico Poético, Aleteo Poético, Gato Madre, entre otras, así como en antologías literarias en México, España, Ecuador, Cuba y Estados Unidos. Las más prominentes son Antología de teatro y poesía, In Our Own Words. A Generation Defining Itself, Días de sol, Pez sin cabeza, Diásporas del abisal, Materna y un libro como única autora: Un espejo que mira hacia dentro (Buenos Aires Poetry, 2022).
Ave
1
Tengo las manos contagiadas de ti,
el oído adelgazado por la música
y la amarga caricia
del horizonte en la lengua,
encerrada meses
en los ojos.
Este pájaro que soy
no se traslada.
El espesor de las nubes
Interrumpe su vuelo.
2
Las aves de tu boca
chupan
el tuétano de mis palabras.
El cuerpo nace temblor.
Al pájaro que soy,
la sombra lo ha manchado,
sólo le queda un NO
adherido en los besos.
3
Las alas tienen amnesia de los vuelos,
les duele la muerte
que desde el cielo
decide
los destinos.
El pájaro que soy
no supo
que los vuelos
a veces
terminan en caídas.
4
Las plumas se dispersan
sin el cuerpo que las porte.
Moroso de sonidos,
el llanto se pierde
entre los árboles.
El pájaro
que soy
prende la inmortalidad
como cerillo
que la lluvia acabará por extinguir.
Quiste
1
Abierta,
desnuda de vísceras
remueven
cortan.
Ellos toda presencia
metralla hiriendo mi cuerpo.
El médico alaba el quiste
afina el diapasón con los elogios:
“Lo guardo”, canturrea.
Su entusiasmo,
su vanagloria,
la deidad quística
de manos enguantadas
reverberan las tijeras
todavía.
Un ovario ahora
no es ovario
es un hueco,
un hoyo,
un cráter sin volcán.
Tártaro
o altar adentro
mi Titán obtiene jaula
y diezmo.
La cama de hospital
mastica el día
para que mi cicatriz
sonría a fuerza.
2
El dios de los cortes aparece.
lleva en la bata
los fantasmas
de los órganos perdidos.
Me entrega un frasco:
brilla
la Luna desorbitada
de mi ovario.
Tiempos modernos
Lo de hoy es el poliamor,
dicen,
envuelto para regalo,
en tortilla de huevo,
para palomear
la selección múltiple,
el hoy y el ahora
en bolsa de Amazon,
el placer en burbujas
con la “luz del conocimiento”
en las heridas
y el yo
en un preservativo.
Que el sexo prolifere,
lengua dividida y hambrienta.
La gula de ser otros,
un minuto, tres, dos, uno,
a perpetuidad.
Cercenar los celos
deconstruirse,
dicen,
las lenguas,
ingredientes en gramos,
y horas de cocción.
Acostarse
con el que tuvo la suerte,
copa escanciada de placer temporal.
Elevemos la idea heroica de un nosotros
con el pene del elegido en la boca
esta noche.
Mi Scherezado
ondea la palabra de la erección:
que se abran las puertas,
que se abran las piernas,
el delirio va a quemarnos.
Uno, dos,
la tercera
es la venida
(y el escape)
no
vaya
a ser
[amor].
Ya llegará el tiempo del odio,
el granizo de los rencores,
los clamores ocultos,
el salitre en el cuerpo.
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