Este viernes leemos una muestra del oficio poético de Tania Martínez Suárez. Licenciada en Ciencias de la Comunicación con énfasis en Estudios Multiculturales, por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Trabajó en la misma durante 13 años, además del Centro de Educación Continua y a Distancia y el Sistema Universitario de Medios Autónomos; es escritora y gestora cultural. Actualmente coordina diversos proyectos formativos, artísticos y de gestión cultural para el Instituto Municipal para la Cultura de Pachuca y es consultora independiente para algunas instancias y particulares de Hidalgo. Es tallerista y capacitadora avalada por la STPS desde 2015 y mediadora de lectura del Fondo de Cultura Económica.
Forma parte de la mesa directiva de la Academia Nacional de Poesía capítulo Hidalgo de laIlustre Benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística de México. Su trabajo literario se encuentra publicado en diversas plataformas digitales, así como compilado en diversas antologías físicas y digitales. Actualmente trabaja en su primer poemario.
Trance
Hoy día
todavía cabalgo sueños
no me rompo ante la angustia
no me arrojo a la carretera de la incertidumbre
no me inunda la tristeza
ni me rompe las clavículas la soledad
aunque hay días que no faltan ganas
no hay tiempo que auspicie tal abandono
voy recolectando fragmentos de tiempo
guardo en la memoria atardeceres
ruidos de una mañana tranquila
en una ciudad sin destino
soy consciente
del paso de mi tiempo
de mis limitaciones
de mis logros venideros
no me reúno con demasiadas personas
o pronuncio discursos avasalladores
por demasiadas horas
o exceso de motivos
me gusta mirar
saberme inadvertida
observar
Ya he sido el centro de atención
sin motivo o necesidad
sin razones de peso
no me interesa una pasarela
lo que la vida cotidiana representa
simple
pensar que
me voy haciendo un poco más pequeña
buscando cabida
fuera de la sola idea
de ser yo.
Resplandece cavidad
Hay un hueco
como una herida
pero esta no se subleva
no impone un ritmo diapasónico
la herida no escupe jazz a las 3 de la mañana
ni me mira fijamente
esperando a que decaiga
Los huecos
solo ellos rompen el piso
anidan en las paredes
tiene ese efecto
implosionan los edificios por dentro
y juguetean entre los dientes
Hay un hueco frente mío
dice
que la muerte está en tus ojos
despierto
y es extraño
aquí no hay espasmo, ni dolor
ni náuseas
solo un profundo vacío que me devora:
fulgurante silbido
acústica insensata
no quiero oírle
camino
premisa que no se desdobla
Ligero el paso de la impermanencia
como chasquear los dedos
y aparecer al otro lado
de una galaxia
yo no muero
sinfonía átona
corazón a galope
Si las circunstancias fueran otras
menos proscritas
el canto de las aves me elevaría
no me aflijo
es en vano esa confluencia pluvial
aunque quieran dibujar un desierto
las flores nacen en mi Atacama
basta con la espora
que ilumina un colibrí
momento fecundo
para nacer
basta con la espora
con un colibrí
momento fecundo
para nacer
Las mil caras del cuervo
Este encuentro
no necesitó búsqueda
fue simple
un golpe en la senda del destino
Eran dos
que se conocían
familiaridad en tus pupilas
en ellas me había visto reflejada
tu nombre enciende todas mis luces
caudal de fuego
nada me rompe si te miro
pero hay una cosa
¿Cómo pasé tantos veranos sin tu sonrisa?
remolino silente
cuervo que se agazapa
ofrenda sus joyas
y pequeños tesoros encontrados en la penumbra
tu ternura
me suspende en el tiempo
eres las mil caras de la felicidad
suave torbellino
devoraste mis miedos
