Regina Gâtsi. Licenciada en Artes Visuales de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ahora FAD), UNAM, Ciudad de México. Ha tomado cursos entre los que destacan: Fundición en aluminio y en bronce, así como Detección de obra falsa en el Museo de Arte Moderno y Valuación de obra de arte en la Casa de Subastas Rafael Matos. Recientemente ha tomado talleres independientes de Poesía y Crónica, Reparación de cuento y Poesía cienciaficcional.
Ha participado en mas de veinte exposiciones colectivas abocadas al dibujo, grabado, escultura, instalación e intervención y tiene obra pública en las alcaldías Azcapotzalco y Cuauhtémoc. Es aficionada a la fotografía digital y escritura creativa. Actualmente su quehacer está enfocado en la multidisciplina artística entre escultura, literatura y dibujo. Ha realizado retrato escultórico, pictórico, dibujístico y literario; estos últimos presentados a modo de dípticos. En este sentido, la poesía y el microrrelato han tomado una gran importancia para ampliar el espectro de su obra.
Cuerpo plutónico
En algún tiempo, en un indescifrable lugar, has sido expulsado del fuego perenne. Eres magma. Materia viscosa, fuego elemental sin ser llama, ni gas, ni agua. Has sido abandonado en otro ambiente. Sin saber cómo, has perdido tu fuerza, tu poder.
¿Llegaste a un mundo que te ignora mientras tu luz se sofoca?
Fuiste desplazado hasta que perdiste tu movimiento y con el transcurrir del tiempo te has vuelto roca. Has renacido en una nueva naturaleza. Ahora tienes una forma sin forma, ya nada te contiene. Te rodean otros elementos y seres que no conocías. Esperas algún cambio en ti, mientras todos a tu alrededor se mueven, ¿habrá algo en este mundo que te haga aceptar tu nuevo y perpetuo cuerpo? A veces, la tierra misma y el agua, te empujan, pero nada más.
La vida circundante se transforma y continúas inmóvil por eras. Has visto y aprendido de todos, y sabes que hay uno que manipula a tus semejantes como ningún otro. El ser humano, ese que en cuanto toca a los tuyos, los nombra piedras. Entiendes que, en su lógica, le pertenecen. Las divide y manipula para chocarlas entre sí y calentarse con el fuego nacido en el acto. Hace proyectiles y lascas para cazar, y éstas le acompañan en su intrepidez y supervivencia. También las agrupa y une para hacer pisos y muros que serán su hogar. Crea templos para sentirse protegido y conectado con algo de su lejana esencia. O eso cree.
Todos esos humanos han dejado la huella de su paso en todos lados y son creativos para hacerlo, pero también son locos y les has visto matarse. Aunque han usado a tus iguales, continúas libre en tu serenidad monolítica.
Conoces el pasado y el presente, para ti: el eterno presente. No sabes nada del futuro y aunque lo esperas, no concibes que te están llevando a otro sitio. Te sacaron para dejarte con alguien que sin ninguna razón te aprecia. ¡Te aprecia tanto como eres! Y tiene planes para ti. La ves admirarte plenamente. Primero te rodea y examina con la mirada. Ahora lo hace con sus manos y palpa tu forma completa para comunicarse contigo. Te siente.
Le dice a otros que te dará la forma que le permitas. Te estudia y después toma un objeto graso para dibujar líneas claras sobre tu superficie irregular. Al cincelarte con fuerza y precisión, sale algo de tu esencia: chispazos al choque del metal con tu cuerpo. Ofreces resistencia y ella te dice tenaz. Te gusta el cambio y le permites que gaste su energía en ti. Al menos tu forma será diferente esta vez. Golpea enérgicamente mientras controla con delicadeza a los metales templados. Los dedos heridos no le impiden continuar con su ansiosa tarea. Cedes al paso. Las gotas de sudor que brotan de su frente, caen y tus poros las absorben. Tu reacción es inevitable, estás unido a ella. Entiendes que su necesidad es superior al dolor. Trabaja en tus perfiles con el ceño fruncido pero sabes que no te ve como un enemigo; eres su aliado y serás su emisario. Bajo sus manos hay una figura que le inspira a no perder el tiempo. Le ayudas dando de ti, dejando que grandes trozos caigan para que no le estorben. Su deseo ahora es tuyo.
Le toma días enteros definir tus contornos y cavidades; se aleja un poco y regresa, te observa con detenimiento y sonríe. Te abrasa, usando piedras artificiales y agua. Luego toma un papel con diminutos granos fijos y te dice que está finalizando. Ella disfruta esta fase pues requiere calma; es como si descansara su mente dejándose llevar sólo por un ritmo sosegado.
Es cuando más cercana la sientes. ¡Regocíjate en este momento por la atención que recibes!, aprovecha el contacto para transmitir tu conocimiento. Ella lo intuye; lo sabes porque suspira y se pierde contemplándote mientras sus manos desnudas reposan. Ha valido la pena esta existencia pues ahora tienes una parte de su alma.
Tras el azaroso encuentro te reconoces como escultura, como una alegoría de sus ideales. Tu creadora quiere que te vean los suyos y, si es posible, la humanidad entera. Eres un antiguo plutónico, señalado por la voluntad de una mujer. Llevarás en tu impasible naturaleza un mensaje a las siguientes épocas; y así será, hasta que Urano se desvanezca sobre todos.

%203.51.15.png)